jueves, 19 de septiembre de 2013

"El síndrome del perrito"


Me han preguntado algunas veces y he visto también que muchas mujeres no se explican (o no se quieren explicar) porque su ex-pareja, después de un tiempo les vuelve a buscar bajo distintos argumentos (aún cuando esa persona tenga en esos momentos una pareja), "¡Te extraño!", "¡Es que no hay nadie como tú!", "Lo intento, pero no he podido olvidarte", etc.
Es triste, muy triste y complicado que como hombres manejemos un argumento tan barato, y lo peor de es que haya mujeres que "compren" ese argumento.
A esa actitud le llamo yo "El síndrome del perrito" (con el perdón de los animalitos). Los perritos van dejando marcas (de orina) de lo que ellos consideran su territorio. Ellos pueden dejar abandonado un hueso, una pelota, un palo, un tapete, etc. Y podrían jamás volver a tocar esos objetos, pero si otro perrito se acerca o si a ellos sencillamente les regresan las ganas pues defenderán y volverán a jugar con dicho objeto hasta que se vuelvan a cansar o hayan ahuyentado al otro animalito.

No es amor, no es nostalgia, ni siquiera es un "te extraño objeto". Es en realidad un tengo ganas/necesidad de jugar otra vez (con una  completa convicción de que el objeto esta 100% disponible) y tu me perteneces desde la primera vez que te dejé marcado. En otras palabras es un tema relacionado con el ego, más que con el amor.

No niego que en muy contados casos el argumento masculino pueda ser sincero; sin embargo, teniendo en cuenta que NO hablamos de un perrito y que hablamos de personas (la pareja actual, la ex-pareja y el sujeto en cuestión). Entonces, dejo un par de preguntas en el aire:

¿Aún bajo esa circunstancia, vale la pena regresar a jugar con "el perrito"?
¿No sería mucho más honesto dejar a la pareja actual y regresar con la ex-pareja?

Cada quien tiene su respuesta muy personal a cada una de estas preguntas.




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