sábado, 24 de diciembre de 2011

Navidad


NAVIDAD, es una palabra por muchos usada, y con mil y un significados para cada uno de nosotros


En Wikipedia encontramos...


La Navidad (latín: nativitas, «nacimiento», )? es una de las fiestas más importantes del cristianismo —junto con la Pascua y Pentecostés—, que celebra el nacimiento de Jesucristo en Belén. Esta fiesta se celebra el 25 de diciembre por la Iglesia católica, la Iglesia anglicana, algunas otras iglesias protestantes y la Iglesia ortodoxa rumana; y el 7 de enero en otras iglesias ortodoxas, ya que no aceptaron la reforma hecha al calendario juliano, para pasar al calendario conocido como gregoriano, del nombre de su reformador, el Papa Gregorio XIII.
Los angloparlantes utilizan el término Christmas, cuyo significado es ‘misa (mass) de Cristo’. En algunas lenguas germánicas, como el alemán, la fiesta se denomina Weihnachten, que significa ‘noche de bendición’. Las fiestas de la Navidad se proponen, como su nombre indica, celebrar la Natividad (es decir, el nacimiento) de Jesús de Nazaret.
La celebración de esta fiesta el 25 de diciembre se debe a la antigua celebración del nacimiento anual del dios-Sol en el solsticio de invierno (natalis invicti Solis),[1] adaptada por la Iglesia católica en el tercer siglo d. C. para permitir la conversión de los pueblos paganos.[2]





Esta información al igual que el estado del tiempo en Jerusalem se encuentra en internet y en libros de historia. Quiero aclarar que no intento debatir, nada, desmitificar nada, ni dar una clase de Teología. Pero mi opinión personal es que Jesús siceramente no pudo haber nacido en diciembre (no me imagino a un pastor, en una de las zonas más desérticas de la tierra, obviamente con más frío que en la ciudad) llevando a su ganado a pastorear a temperaturas tan bajas y con pocas esperanzas de alimento para sus animales. Y si pienso en una manipulación de fechas como bien lo dice el texto de arriba.

Ahora bien, mi opinión personal es que no es importante la fecha en que Jesus nació. Sí es muy importante el hecho de como sucedieron las cosas, si es importante el cumplimiento de las profecías, y mas importante aún es lo que Jesus realmente hizo y el propósito no sólo de nacer; si no el propósito de entregar su vida sencillamente por amor.

Entrando en materia para unos la navidad puede significar: Una oportunidad religiosa (religión = volver a ligarse con Dios), fiestas, vacaciones, oportunidades de recibir un dinero extra y gastarlo, excesos, nostalgia, tristeza, oportunidades, regalos, convivencia, ver a la familia que no se ve en otras ocasiones y para algunos pocos recordar sin ritos, sin sacrificios, sin nada más que alegría en el corazón agradecer la existencia y misión del Dios-hombre.

Para mi la navidad ha tenido diferentes sentidos en diferentes etapas de mi vida...

Alegría y fiesta
Cuando era niño, amaba la navidad... bueno en realidad la primera parte de la noche buena a decir verdad. Me encantaba llegar a casa de mis abuelos maternos, ver como iban llegando poco a poco mis primos, mis tíos, mis tías, aquella novia de mi tío que tanto me gustaba (o sea su esposa, jejeje). Me chocaba arrullar al niño dios, me cansaba de estar arrodillado cantando por casi hora y media... pero era el precio que tenía que pagar para recibir varias bolsas de dulces al final de darle un beso al niño dios (y aqui voy a confesar algo, el niño dios de mi abuela, me daba muchisimo miedo), sinceramente nunca me dio confianza y como algunos podrán pensar, en esa época era el pequeño Judas dandole un beso a cambio de una bolsa no de monedas de plata... sino por una bolsa de dulces. Después, a romper muchas piñatas, tantas que a la posada en casa de mis abuelos iban todos los niños de la misma calle, jajaja! Increíble la competencia de quien lograba romper la piñata, ganarse una de las puntas de la misma y guardar los dulces en ese cucurucho y si el botín era mayor, pues usar la playera así a manera de la tilma de Juan Diego para guardar todo el exceso de frutas, azúcar y chilitos para comer después. Luego, si mi abuelito se ponía un poco "feliz" temprano, pues sacaba billetes de veinte pesos y los repartía a cada uno de los nietos ($20 en esa época era un arsenal de cuetes, palomas, chifladores, bombas, chilladores, luces, mechitas, brujas, dulces y todavía sobraba para comprar unas zanahorias con chile piquín al siguiente día). Más tarde, los primos mayores que podíamos vagar un poco mas noche, salíamos armados con nuestros "tiramocos" (un pedazo de globo afianzado al cores de diurex que sirve para aventar brujas a gran velocidad). Nos íbamos en bola a aventar brujas al por mayor a una casa "embrujada"... se trataba de una casa abandonada, con unos cuantos pezados de vidrio en las ventanas que habían salido triunfantes ante las pedradas de los chamacos traviesos (como nosotros). Tirabamos, por turnos, luego a destiempo, y después todos haciamos un ataque masivo de explosiones y luces en la casa embrujada hasta que un buen día a alguno de nosotros se nos regreso de la casa una bruja... no hace falta decir que salímos corriendo despavoridos y llegamos a casa de la abuela cagados de risa. 
De ahí, de regreso a cenar con toda la familia. En esa casa llena de familias, de colores, de sabores y de olores mezclados. En fin, una fiesta. Más tarde, el intercambio de regalos entre la primada, a veces organizabamos el show mostrando cada uno de nosostros nuestras cualidades de actuación, de canto y baile  a veces pintados de payasos (acabándonos las pinturas "carísimas" de una de mis tías, hasta recuerdo a una de mis primas que su postre favorito era comerse las cremas faciales y lapices labiales, jajaja!). Después de los regalos y el show infantil, venía el show de los adultos, mi tío que bailaba como "Drag Queen", sin demasiado esfuerzo ya en su pedez, mis tías y tíos salseros, mi papá, otros tíos y abuelito echando el gallo y también raspando el piso con el zapateado y las rolas norteñas que eran "su mero mole". Un poco más tarde, la  cosa se ponía mas densa, mi papá a veces junto a un par de tíos y mi abuelito terminaban muy, muy pedos. Y el espectáculo no era tan agradable, así como no lo era su aliento, su vestimenta y el peinado... Mi papá, desveladote, sin haber dormido nos llevaba de regreso a casa en nuestro poderosísimo bocho. Mi hermaba y yo emocionados, porque a todos mis primos Santa Claus les había traído regalos y obviamente las ganas de llegar a casa era tremenda, esperábamos ver que Santa nos había traído algo en nuestra ausencia. Nos bajabamos del coche empujandonos y apresurando a mi mamá para que abriera la puerta y cada año siempre debajo del arbol el día 25 de diciembre encontrábamos lo mismo... nada. Pinche Santa Claus mamón! - ¿Mamáaaaaa por qué a nosotros no nos trae Santa Claus? - Porque Santa Claus solo les trae a los niños ricos... (mi cerebro a esa edad procesaba una repuesta solamente, "Algo personal trae ese pinche viejo contra mí!" Mis primos están mas jodidos que nosotros, carajo!). Viví al menos 35 años peleado con el viejo panzón, es más, los comerciales de Coca Cola me parecían la mamada más grande del mundo. Trompetilla de mi parte a cada comercial en la menor oportunidad.

Crecimiento, aburrimiento
Fuí creciendo y las navidades se fueron conviertiendo en una fiesta religiosa y aburrida. Mis primas y primos, casi todos se "tuvieron" que casar, así que mi hermana y yo que no eramos la pareja mas unida del planeta pues nos aburriamos horrible, Llegaban mis primos y primas, con la pareja... unas gordas y otras cargando al "errorcito" y pasaban de volada a dar el abrazo porque tenían que ir con la suegra. A veces bailaba con alguna de mis primas, o una tía y ya cuando la cosa estaba muy aburrida pues bailaba con mi hermana. Yo, no tenía permiso de ir a visitar a un cuate o a la novia porque "aún era hijo de familia..."

La parte del show de los adultos seguía conservando su tradicional carisma... pedos todos al final.

Juicios
Ya casado, converso y confeso cristiano. Pues la fiesta se volvió una guerra de juicios en ambos sentidos; los primos y algunos tíos disimulaban sus miradas que decían "traidor" porque ya "es de otra religión". Algunas de mis tías queriendo que cantara el "A la roro niño", que me hincara y que le diera el besito al niño dios o si no "no te doy tu aguinaldo eh!". Yo por mi parte, juzgándolos a todos de ignorantes, neófitos, idólatras, repitiéndome en la cabeza algunos textos biblicos y dando bibliazos tipo batalla de Neo en  "The Matrix". Recuerdo perfecto una navidad que nos pasamos mi esposa y yo, cerca de dos horas en unas escaleras de metal entre el segundo y tercer piso de la casa de mi abuela muriendonos del frío para que ya no nos estuvieran molestando para dar el besito a huevo al niño dios. Desafortunadamente, como muchos cristianos, caímos en esa etapa vergonzosa de fanatismo, algunos cristianos contemporáneos le llamamos la etapa "Yuri".

Desapego
Mas adulto, más casado, mas experimientado, más maduro y lejos de casa de mis padres y de mis abuelos. Pues era mucho más fácil safarme de pasar la navidad allá y mucho más cómodo pasar navidad con la familia de mi esposa, que siempre me han tratado muy bien y con quienes hay gran empatía. Además, en el norte no se acostumbran todas esos pequeños rituales navideños. Hablando de la fé, mi fé seguía siendo la misma y el nivel de fanatismo era menor, pero los juicios de mi parte seguían. Navidades un poco más divertidas, pero sinceramente nada que me satisfaciera como para celebrar con alegría desbordante.

Emoción, familia, reconciliación
Desde hace 3 años, mi concepto de la navidad ha cambiado, no festejo el cumpleaños de Jesús. Porque desde mi perspectiva el debió nacer por ahí de abril de nuestro calendario actual. Eso no quiere decir que me olvido de él. Para mí el festejo es que yo renací cuando me abrí a él, y ese festejo lo celebro dentro de mí, cada que recuerdo su sacrificio por mí. La navidad, hoy por hoy para mí, es un momento de reflexión, de pensar en lo que Eduardo ha hecho (no materialmente), a quienes he impactado positivamente y a quienes no. De darme la oportunidad de amar y perdonar; de reconciliarme con el de a lado, de olvidar lo malo y dar valor a lo bueno e importante. De evaluar el grado de mi felicidad, y tomar decisiones para ser más y más feliz. Hoy, amo a mi familia y mi espalda es fiel testigo de ello. Amo a mis padres, a mi hermana y su familia. A una parte importante de la familia de mi esposa, amo a muchos de mis amigos y llevo como dos años aprendiendo de alguien a amarme, a reirme, a dar el tiempo justo a las lagrimas y al enojo... Amo a mi hija. 
Hoy la navidad es emocionarme al ponerme el rol de Santa Claus y de Rey Mago. Al dedicar tiempo a adornar la casa y el árbol de navidad (que alguna vez juzgue duramente en la etapa Yuri). Hoy la navidad toma también el sentido de ser feliz con la felicidad de Regina, la navidad se ha convertido en trabajar en equipo con mi esposa para crear la ilusión en mi nena, generar la emoción de un juguete inesperado. También de invertir dinero, pero dinero que tiene un retorno de inversión más grande cuando veo los ojos de mi nena, su sonrisa, sus carreras cuando ve a Santa tomándose fotos y le repite que se esta portándo bien, que  ya no patea, ya no escupe y que ya no se hace pipí. El pago es infinitamente mayor. Hoy, después de reconciliarme con Santa Claus, me muero de nervios igual que cuando niño para despertar temprano. No para buscar mi regalo, si no, para despertar a mi nena con un "No vas a creer lo que te trajo Santa y esta allá abajo!". Hoy he gozado la aventura de no ser descubierto en mi rol de Santa Claus, he gozado acomodando los regalos, entiendo más a mis padres y los amo por todos sus esfuerzos. Mi navidad en esta ocasión, es una navidad llena, completamente satisfactoria. Mi navidad como reza el villancico "Noche de Paz, Noche de amor. Todo brilla en derredor".


Doy gracias a Dios, por Jesús y el regalo que representa, por mi maestra mi hija Regina, por mi compañera de equipo, mi esposa. Por la familia que tengo, por mis amigos.

Tal vez el mejor adorno de Navidad es una gran sonrisa. (Anónimo)
Original en inglés: Perhaps the best Yuletide decoration is being wreathed in smiles.




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